Tuesday, January 19, 2010

La imagen de los políticos


Anton van Dyck, Charles I at the Hunt, 1635
 
En el periódico El Nuevo Día de hoy se publica un breve artículo titulado "Estrellas del Gobierno azul." En el artículo se exponen las opiniones de varios expertos sobre la imagen de algunos políticos del Partido Nuevo Progresista. Entre los entrevistados se encuentra el catedrático Mario Núñez Molina, la antropóloga Rima Brusi, el sicólogo José Cangiano, la profesora de comunicaciones Vivien Mattei y el psiquiátra Julio Jiménez. Sobre el asunto de la imagen de la figura política se pudieran escribir varios volúmenes. Sin embargo hay varios puntos que me gustaría abordar a la luz de la publicación de este artículo. No en ánimos de criticar el trabajo de una periodista, pero si un profesional tiene acceso a todos los expertos citados en esta noticia, valdría la pena indagar de manera más profunda y significativa en el asunto de la representación de funcionarios políticos en la prensa. Sobre todo si se consulta a una profesora de comunicaciones. Porque al final de cuentas, la imagen de un político en parte la crea el mismo político, pero en gran medida la crea la prensa--los medios de coumunicación que diseminan las fotografías e ilustraciones de estas personas. Una cosa es la percepción que tiene el público del gobernador o de la secretaria del Departamento de Educación, y otra es la imagen de estas personas que aparecen en la prensa continuamente.

Sobre la construcción de la imagen de figuras políticas del PNP en el país dice la Profesora Vivien Mattei de la Universidad Interamericana, Recinto de Ponce: “la percepción será evaluada dependiendo de las expectativas para el cargo”. Se espera que unos sean fuertes y otros más diplomáticos, dice." De acuerdo, serán evaluadas de acuerdo a las expectativas para el cargo. Pero ¿cómo se conforman esas expectativas? ¿No es acaso de los medios de comunicación? Creo pertinente un análisis de la prensa como un agente de construcción de identidad en la política. Ojalá la profesora profundice sobre este asunto en un futuro artículo.

Total, este asunto no es nuevo. Desde tiempos inmemoriales los políticos han explotado la representación visual como un medio de construir y proyectar una cierta identidad para el público. Nada más mirar los bustos de los emperadores romanos e incluso las esculturas de cuerpo completo es evidencia de esta tendencia. Por ejemplo, el Augusto de Primaporta del siglo I y expuesta en el Museo del Vaticano en Roma muestra al emperador como un hombre joven, apuesto, soldado, seguro de sí mismo, dirigiéndose a sus tropas. El físico de la figura sigue el modelo del Doríforo de Policleto, ejemplo a seguir del atleta proporcionado y perfecto de la antigüedad griega que tanto los romanos admiraron. No solo es un ejemplo del atleta perfecto, si no también de un general militar, líder y que además disfruta del favor de las deidades--note el pequeño cupido (hijo de Venus) a su lado. En épocas más modernas podemos mencionar pinturas como la del monarca francés Louis XIV que se encuentra en el Louvre o la del rey Carlos I de Inglaterra pintada por Anton van Dyck también en el museo parisino. Ambas pinturas muestran a los monarcas de manera elegante y enfatizando su riqueza, autoridad y poder. Esa es la manera específica en la que querían ser conocidos entre aquellos selectos que tuvieran acceso a sus representaciones.

Ciertamente, el plasmar la imagen de un político habla tanto o más que muchas palabras. Ahora bien, en Puerto Rico somos bombardeados cada día con cientos de imágenes de nuestros líderes. No debemos perder de perspectiva que los medios de comunicación son a menudos los que tienen la autoridad para escoger qué imágenes publicar y cómo manejarlas para atraer la atención del público. Queda de nosotros el como percibirlas y digerirlas.

Saturday, January 9, 2010

¿Será distinto el 2010?

Luego de un año 2009 en el que en asuntos de arte no faltaron controversias a nivel local e internacional, miro al 2010 con entusiasmo sobre todo por las posibilidades. Siempre las posibilidades nos mantienen optimista. Pero también nos frustran por lo que no se logró. En el 2009 vimos como algunos museos en Estados Unidos, Inglaterra y otros países lucharon para mantener sus puertas abiertas. Incluso algunos crearon controversia por considerar vender parte de sus colecciones para poder sufragar los gastos de operación. También tomó lugar la cumbre de artistas contemporáneos convocada por el Papa Benedicto XVI en la Capilla Sistina. En Cuba se expuso la primera exhibición de arte americano en el Museo de Bellas Artes de la Habana, la primera muestra de este tipo en muchos años. Abrió el nuevo modern wing en el Art Institute de Chicago, se inauguró la exhibición de Tim Burton en el MoMA, Annie Leibovitz por poco pierde los derechos de autor sobre toda su obra fotográfica por usar estos como colateral de un préstamo multimillonario, el Presidente Barack Obama nombró un comité de artes para promover y proteger las artes en los Estados Unidos. En el Louvre la Mona Lisa fue atacada por una turista con una taza de porcelana, y en Florida se inicia la construcción de las nuevas facilidades del Museo Salvador Dalí. En fin, que en el mundo del arte al igual que en el resto de los sectores de la sociedad se sienten los embates de la economía y la política; no está exento de lo positivo ni de lo negativo de lo que hacemos con las estructuras sociales de las cuales el arte es parte y producto. Veremos si el 2010 será distinto.